“Con la llegada de la Modernidad estamos en presencia de un complejo proceso, largo, variado y contradictorio, de humanización de la vida y la cultura, el cual tiene como centro al mundo entendido a escala del hombre.” (J.P. Miyar)
Luego de finalizar el periodo previo a la modernidad, ésta se convirtió en una manera de transformar profundamente el mundo en diversos ámbitos. A su inicio, el concepto de lo moderno fue entendido como una fuente de distinción en relación al presente, denotando también amplias diferenciaciones respecto a épocas anteriores.
Con la llegada de la modernidad surgieron determinados rasgos característicos logrando una múltiple ruptura que logró cambiar el significado de la sociedad en general. Como menciona Habermas “El término” moderno” expresa una y otra vez la conciencia de una época que se pone en relación con el pasado de la antigüedad para verse a sí misma como el resultado de una transición de lo viejo a lo nuevo”. (1).
Esta “nueva conciencia”, como es descrita por diferentes autores, remitió hacia algunos cambios en la comprensión del mundo.
En primera medida, con la modernidad, se logro un drástico cambio sobre la lógica comunitaria de las sociedades antes conformadas. Esto refiere a la naciente concepción del individuo donde él debe asumir responsabilidades en el marco de un sistema político fundamentado en el mundo de los hombres, ello sin descuidar el mantenimiento de la legalidad y normatividad. En este sentido, la libertad del individuo afronta la dificultad del surgimiento de instituciones externas de poder que plantean ciertos límites que cada quien está obligado a interiorizar para actuar conforme a ello.
El proceso modernizador también trajo consigo el fenómeno de la secularización, con esto logró la distinción entre la esfera pública, el estado, y la privada representada por la iglesia. El ámbito de la fe se empezó a constituir en el mundo del individuo a raíz de la ruptura de legitimidad presentada en la institución católica y del nuevo orden del pensamiento.
En términos del Estado, esta concepción conllevó a que se respondiera principalmente ante los privilegios de un sector social determinado y, en menor escala, a los requerimientos del ciudadano moderno. El estado se vio obligado a brindar un tratamiento igualitario con relación al marco jurídico.
A nivel económico, el capitalismo vigente durante la modernidad buscó acabar con el sistema del rol económico, hasta entonces tomado en cuenta. A través de él, el individuo no es tomado concretamente como “el hombre económico”, lo cual sucedía anteriormente con la burguesía, sino reconocido por el Estado bajo la condición de igualdad, como los demás individuos.
La idea de ser “moderno” logra que el mundo clásico retorne su visión hacia “… el cambio de la fe, inspirada por la ciencia moderna, en el proceso infinito de conocimiento y el avance infinito hacia mejoras sociales y morales”.(2)
La idea de ser “moderno” logra que el mundo clásico retorne su visión hacia “… el cambio de la fe, inspirada por la ciencia moderna, en el proceso infinito de conocimiento y el avance infinito hacia mejoras sociales y morales”.(2)
Entre los factores modernizadores, la racionalización procedente del periodo de la ilustración, es quizá uno de los más notorios. Dentro del sistema de producción capitalista predomino la desaparición de las ciencias sociales y humanísticas a causa del poder capitalista que enfocó en el estudio de las ciencias económicas en el marco de la racionalidad técnica y los métodos de aplicación productiva.
La racionalidad se centra en el uso adecuado de los medios para alcanzar determinados fines y procede a adaptarse a partir de los roles de acción del individuo en todas las esferas del sistema de producción, sin importar que esto genere un mundo de sujeción y dependencia para él.
La modernidad, entendida como mundo procedimental, requirió de la racionalidad como una forma para obtener seguridad y de esta manera instituir todo estrictamente sin permitir eventualidades dentro de la lógica de la razón.
Así es como, dentro del propósito de generar sociedades aún más predecibles, se participa en la creación de estructuras normativas que difícilmente aíslan al hombre moderno del cumplimiento de las leyes.
Así es como, dentro del propósito de generar sociedades aún más predecibles, se participa en la creación de estructuras normativas que difícilmente aíslan al hombre moderno del cumplimiento de las leyes.
Como último factor de la modernidad, la legalidad juega un importante papel. En primera instancia sirve para la determinación de formas de actuar socialmente, además de instaurar las sanciones y brindar confianza a los individuos que conforman la sociedad moderna.
En este sentido, las leyes son generadas desde posiciones particulares y hechas por individuos que están sujetos a sus propios beneficios. A raíz de ello, Smith estaba de acuerdo con que “la ley existe en función del poder que está detrás de ella”. Son los dispositivos de poder, materializados principalmente en las instituciones, los encargados de indicar la forma de evitar otra salida diferente al cumplimiento de la norma y regular a través de ello el comportamiento de los demás individuos.
Un problema adicional de la modernidad se presenta a causa de la masificación dentro del estado, lo cual ocasiona la desaparición del individuo y logra que él pierda su identidad constituyéndose en un ser invisibilizado e imperceptible dentro de la construcción y desarrollo de una sociedad.
La llegada de la burocratización, como jerarquización y desintegración entre los individuos, genera tensiones conducentes a la perdida de la capacidad de acción inmediata y a la invisibilización de otros actores que intervienen como agentes intermedios dentro de diversos procesos sociales que, aunque ejecutados por algunos, corresponden y competen a un numeroso conjunto de personas.
No se trata opuestamente de la posibilidad de los individuos rehúyan a la modernidad. Sin embargo, requiere observarse la manifestación de sociedades organizadas y auto reguladas que se dirigen hacia la creación de sujetos sin criterios, que no piensan, solo actúan. Aunque tampoco se constituye en el ideal moderno que, a partir de él, se construyan meta relatos o formas reproductoras de irracionalidad.
Uno de los grandes vacios del hombre moderno, en la práctica, consiste en la importancia del código moral y de una comprensión sobre la vida, lo que haga, cómo actué, lo que elija y la forma de expresarse, todo a partir del orden de lo debido. De este modo la modernidad determina a la sociedad en su ánimo de gestar cuerpos normativos y procedimentales.
La edad moderna, plantea entonces, una crisis de lo tradicional que implica un tratamiento diferente hacia una sociedad mercantilizada, de amplios cambios en la organización político-social, además de lo que significa el planteamiento de un desarrollo indiscriminado que se concentra enérgicamente en la racionalidad.
CITAS
1. H.JURGEN.”Modernidad versus postmodernidad”-pagina 17
2. Ibid-pagina 18